Alpe di Siusi - Libertad Financiera - Hernán Grejcaruk

Libertad Financiera: la guía más completa

Otro día más que suena el despertador. Otra semana más deseando que sea viernes. O que lleguen las vacaciones. Toca, como cada día, despertarse pronto, «disfrutar» el atasco de rigor y sufrir estrés generando dinero para otros. Desempeñando un trabajo que podrá gustarte más o menos, pero que, probablemente, si pudieras elegir, no lo harías.

Sabes que tendrás que seguir lidiando con un jefe, que posiblemente no te agrade mucho, diciéndote lo que debes hacer, y lo que no. También sabes que tendrás que seguir haciéndolo durante décadas hasta que te permitan jubilarte los parásitos de turno.

Este estilo de «vida», por llamarlo de alguna manera, no parece demasiado apetecible. Y aun así, es un reflejo de aquello a lo que nos enfrentamos hoy día la mayoría de seres humanos occidentales.

Se trata de la famosa «carrera de la rata»: un bucle infinito o círculo vicioso que comienza estudiando una buena carrera para tener un buen trabajo, acceder a un buen salario, poder comprar cosas caras, que a su vez requieren aún más dinero para su mantenimiento, que a su vez requerirá trabajar más duro por un mejor salario, etc. Y así, ad infinitum.

¿De verdad no hay una manera más interesante de vivir nuestros años de existencia, en lugar de simplemente sufrirlos para hacer ricos a otros?. Seguro que la hay. Se llama libertad financiera. Y es la mejor amiga que no sabías que necesitabas.


¿Qué es la libertad financiera?

Piensa en todo lo que harías si de pronto no necesitas trabajar para otros por dinero, ya que tienes suficiente dinero trabajando para ti. Podrías, por ejemplo, dedicar mucho más tiempo a tus pasiones, como tocar la guitarra eléctrica o aprender artes marciales.

Podrías pasar más tiempo con tus seres queridos, vivir una vida plena que realmente te satisfaga. Porque ya no tendrías que pasar tantas horas en el cubículo. O en la mina. Ni en las latas con ruedas que te llevan a esos sitios.

Definición de libertad financiera

La definición más simple de libertad financiera es aquel estado en el cual no dependes de nadie para financiar el coste de tu estilo de vida. O, dicho de otra forma, es aquella situación de flujos de caja personales que te permite despedir a tu jefe.

En el sentido más estricto, el grado último de libertad financiera es la capacidad de generar suficientes rentas y/o plusvalías como para cubrir los costes de tu nivel de vida sin depender de un trabajo por cuenta ajena.

Prácticamente, existen tantas definiciones de libertad financiera como personas que la buscan. Pero la mayoría hacen referencia a la obtención de un cierto nivel de seguridad económica que te permite tomar decisiones sobre tu futuro sin preocuparte por la estabilidad de un puesto de trabajo.

Origen y evolución de la libertad financiera

El concepto de libertad financiera se popularizó a finales de los noventa, con la publicación del mítico bestseller de Robert Kiyosaki «Padre Rico, Padre Pobre». Que, por otro lado, considero que es un clásico de las finanzas personales que todo el mundo debería leer durante la Educación Secundaria.

Más tarde, el concepto de libertad financiera se hizo mundialmente viral con la popularidad de redes sociales primordialmente visuales como YouTube e Instagram, donde cada vez más influencers de todo el mundo nos enseñan a diario estilos de vida alternativos a la tradicional «carrera de la rata».


¿Cómo conseguir la independencia financiera?

¡Trabajando mucho! Nah, es broma, jajaja. La respuesta es la siguiente:

Comprando o creando activos o negocios que generen los ingresos o plusvalías suficientes como para costear tu estilo de vida.

Pero qué listo soy, ¿verdad?. La pregunta es, más bien, cómo se consiguen esos activos, ingresos o plusvalías. Bueno, pues ahí, amigo mío, la respuesta es un poco más ambigua, pues existen varias vías.

A grandes rasgos, existen dos maneras deliberadas para conseguir costear tu nivel de vida en una situación de libertad financiera perfecta, y una manera completamente aleatoria: la vía inversora, la vía emprendedora y la vía accidental.

1. Libertad por Inversión

Consiste en gastar menos de lo que ingresas e invertir la diferencia en activos que generen ingresos pasivos o plusvalías, con el objetivo de poder vivir de ellos.

Ejemplos:

  • Ingresos en forma de dividendos o intereses
  • Ingresos por rentas de alquiler (viviendas, garages, trasteros, etc.)
  • Plusvalías de tus inversiones.

Ventajas:

  • Elevado nivel de autonomía.
  • Requiere un esfuerzo inicial relativamente pequeño.
  • Requiere poco mantenimiento.
  • Es escalable (los ingresos son independientes de las horas que puedas dedicarle).

Inconvenientes:

  • Requiere mucho dinero para funcionar. ❌
  • Como consecuencia, puede tardar mucho o no ocurrir nunca. ❌
  • Invertir conlleva riesgo de perder capital. ❌

2. Libertad por Emprendimiento

Consiste en convertirte en tu propio jefe, fundando una empresa o desarrollando una actividad económica por cuenta propia que genere ingresos suficientes para cubrir tus gastos.

Ejemplos:

  • Ingresos de tu trabajo por cuenta propia.
  • Ingresos de publicidad/afiliación por visibilizar y/o promocionar productos y servicios.
  • Royalties de tus libros, canciones, info-productos y/o activos digitales.

Ventajas:

  • Elevado nivel de autonomía.
  • Activos digitales: requieren poco mantenimiento.
  • Activos digitales: una vez creados son escalables (los ingresos no dependen de las horas que puedas dedicarle).

Inconvenientes:

  • Freelance: no siempre es escalable (los ingresos suelen depender de las horas que puedas dedicarle). ❌
  • Freelance: a veces puede suponer reemplazar la tiranía de un jefe por la de un gran cliente. ❌
  • Activos digitales: requieren un esfuerzo inicial relativamente grande. ❌

3. Libertad por Accidente

Consiste en, por ejemplo, tener la suerte (o habilidad) de que te toque la lotería, te cases con una persona financieramente libre que comparta sus ingresos, o que heredes activos que los generen.

Ejemplos:

  • Ingresos inesperados por loterías, sorteos, promociones, etc.
  • Ingresos por herencia o manutención.

Ventajas:

  • Requiere poco esfuerzo inicial.
  • No requiere mantenimiento.

Inconvenientes:

  • No es escalable. ❌
  • No es fácilmente replicable. ❌
  • No existe la autonomía. ❌
  • Depende principalmente del azar. ❌

Los métodos se vuelven aún más poderosos cuando los combinas entre sí. Es muy habitual, por ejemplo, desarrollar una actividad laboral secundaria (side gig), o vender info-productos para generar más ingresos e incrementar así la bola de nieve de la inversión. Esto añade mayor velocidad al proceso.


¿Cómo puedes medir tu nivel de libertad financiera?

Hay 3 aspectos que debes considerar a la hora de evaluar tu grado de libertad financiera:

Longevidad

¿Cuántos años podrías sobrevivir con tus ingresos alternativos o patrimonio si dejaras de trabajar por cuenta ajena? Cuanto mayor sea este período, mayor es tu nivel de libertad financiera.

Dependiendo del patrimonio que haya podido amasar, de las fuentes de ingresos que hayas podido crear, y del coste de mantener tu estilo de vida, tu libertad financiera podría ser de unos pocos meses o incluso de varios años.

Resiliencia

¿Qué tan robusto es tu nivel de libertad financiera ante eventos externos ajenos a tu control? Ejemplo de estos eventos pueden ser la inflación, la inestabilidad política y económica, la situación geopolítica, etc.

Si, por ejemplo, eres un emprendedor con mucho éxito, pero solo tienes un único gran cliente, tu libertad financiera podría estar pendiente de un hilo.

Por otro lado, si tu libertad financiera se basa en tu capacidad de acumular patrimonio, podrías depender demasiado del estado actual del mercado. Que podría volverse en tu contra en cualquier momento. O podría ser que te lo hayas jugado todo al sector inmobiliario, quedando a merced de los volantazos legislativos en contra de los propietarios.

La clave para una buena resiliencia financiera es crear sistemas de ingresos sólidos y diversificados.

Calidad

¿Qué tan pasiva y ajustada a tus valores es tu estrategia para mantener una elevada libertad financiera?

Si te va muy bien económicamente, pero eres un freelance que trabaja 60 horas a la semana, ¿eres realmente libre?

Si estás muy bien pagado, pero tu éxito depende de no poder pasar tiempo con tu familia, o de triunfar en una empresa cuya cultura y valores contradicen los tuyos, ¿eres verdaderamente libre?.

Para tener una libertad financiera de calidad, tienes que poder alinear tus principios vitales con la actividad que realices para financiar tu tiempo. Si tu tranquilidad financiera depende de sentirte miserable, no puedes ser verdaderamente libre.

Una persona libre es aquella que hace lo que quiere, no lo que debe.


Ejemplos para entender la libertad financiera

Vamos a repasar los conceptos vistos en los apartados anteriores a partir de ejemplos prácticos que todos podemos visualizar. Cualquier parecido con la realidad es mera concidencia.

El vividor derrochador

El vividor derrochador - Libertad Financiera

Barney es un hombre un tanto excéntrico. Tiene un trabajo muy bien remunerado como director de Marketing en una empresa de ropa de lujo, y gana mucho dinero. Más que suficiente para costear su lascivo estilo de vida, el carpe diem nocturno de cenas opulentas, copas infladas de precio y alquiler de un ático en el centro.

Sin embargo, en lugar de ahorrar o invertir, gasta todo su dinero en ropa de marca, cenas costosas y viajes lujosos. Siempre está comprando algo nuevo, el último modelo de casi todo, y nunca tiene suficiente dinero para lo que realmente necesita, como cambiar la nevera, operarse de la vista o un fondo de emergencia.

La conclusión es que tener un salario alto no garantiza obtener libertad financiera. Nuestro nivel de gasto también es muy importante. El protagonista en cuestión tiene altos ingresos, pero vive a solo una nómina de la indigencia.

El emprendedor adicto al trabajo y al legado

El emprendedor adicto al trabajo - Libertad Financiero

Elon es un emprendedor serial. Desde que vendió su primera empresa, no ha parado de abrir melones empresariales a cuál más futurista, siempre al límite de la capacidad humana existente.

Elon no tiene un gran sueldo fijo. Todo su capital permanece atrapado de alguna manera en el accionariado de sus empresas. Aun así, tampoco exhibe un estilo de vida acorde con su patrimonio, sino más bien austero. Tampoco tiene tiempo para gastar mucho si se pasa el día trabajando.

Ha creado productos y servicios que los humanos no considerábamos imaginables. Pero se ha implicado tanto en sus iniciativas, que prácticamente no tiene vida fuera de ellas. Desde un punto de vista conceptual, vivir para trabajar no puede considerarse libertad financiera de calidad. Pero él seguramente se considere financieramente libre, pues vive haciendo lo que le fascina y su nombre dejará un legado duradero.

El inversor paciente

El inversor paciente - Libertad Financiera

Warren es un tipo austero y metódico. Desde que compró su primera empresa, se obsesionó por acumular activos comprando negocios rentables a buenos precios. Al principio fue un proceso lento y lineal, pero gracias al interés compuesto, tras más de 30 años invirtiendo su patrimonio e ingresos crecieron exponencialmente.

A pesar de su patrimonio, Warren es un tipo bastante frugal. Vive en la misma casa que compró hace más de 50 años, y desayuna en un McDonald’s de camino a su oficina. Siempre comenta que su mejor inversión fue su anillo de compromiso.

Probablemente, sea el inversor más metódico que haya existido en mucho tiempo, y eso le ha llevado a la cima de la riqueza mundial. Como en el caso de Elon, seguir trabajando a tan avanzada edad quizá no pueda considerarse libertad financiera de calidad a nivel conceptual. Pero también él seguramente se considere financieramente libre, pues vive trabajando en lo que le apasiona.

El «padre rico»

Padre Rico, Padre Pobre - Libertad Financiera

Robert ha sido un joven americano inquieto, siempre preocupado por su salud financiera y por encontrar nuevas maneras de progresar. Desde pequeño siempre ha intentado buscarse la vida vendiendo limonada, cortando el césped de los vecinos o repartiendo periódicos en su bicicleta usada.

Cuando tuvo suficientes ahorros, pidió una hipoteca para comprar una vivienda doble. Vivía en una habitación, alquilaba la habitación contigua, y alquilaba además la otra vivienda a una familia. A medida que ahorraba, repetía el proceso, y pronto llegaría a tener una decena de propiedades trabajando para él.

Cuando consideró que tenía suficientes propiedades, diversificó su cartera hacia acciones que pagan dividendos, creando una nueva fuente de ingresos pasivos. Además, se ha valido de su éxito para construir su autoridad en finanzas personales y empezar un negocio de coaching y conferencias sobre el tema.

Robert podría dejar de trabajar si quisiera. E incluso si su negocio fracasase, o si las casas bajasen de valor, o si la Bolsa se pegase un buen golpe, tiene activos diversificados que mantendrían su capacidad financiera. Robert podría considerarse libre.


¿Para quién es la libertad financiera?

Pues en primer lugar, para ti. Todos deberíamos aspirar a mayores niveles de independencia financiera.

¿Que por qué te iba a preocupar a ti este tema? Pues hay 3 motivos principales:

1) La simple libertad para hacer lo que te dé la gana

La vida es todo aquello que podrías estar haciendo en lugar de estar ganando dinero para otros. Como llevar a tus hijos al cole, ver sus funciones teatrales y enseñarles desde atarse los cordones hasta conducir. O viajar alrededor del mundo en una furgoneta camperizada o un velero.

Ten clara una cosa: tú nunca ganas en un trabajo por cuenta ajena todo el valor que estás generando. El único motivo por el que estás contratado es porque pueden pagarte menos de lo que generas. En el momento en el que eso no ocurra, te irás a la calle como si fueras un número más. ¿Qué clase de seguridad es esa?.

La libertad es tener la oportunidad de decir «no, gracias, tengo que surfear con mi hija». O cepillarle los dientes a tu agaporni. O lo que se te ocurra. El punto es no depender de un trabajo por cuenta ajena, de tal forma que no tengas por qué aceptar cosas que, de no verte obligado a hacerlo, no te harían gracia.

2) La automatización y globalización de los puestos de trabajo te dejará sin empleo

Últimamente, habrás oído mucho hablar de las herramientas más recientes de inteligencia artificial, como Chat GPT o Dall-e. O de herramientas low code o no code para desarrollo de herramientas online sin necesidad de saber programar. O de coches que se conducen solos y robots camareros.

La tecnología avanza cada vez más deprisa, porque la conectividad del conocimiento es cada vez mayor y porque cada nuevo descubrimiento se va construyendo sobre los anteriores. En consecuencia, cada vez más profesiones verán sus puestos de trabajo amenazados por robots o líneas de código que ni se van de vacaciones ni piden subidas de salario.

Por otro lado, sobre todo desde el estallido global del COVID-19 y el empujón que supuso para la modalidad de teletrabajo, ya no solo compites contra la mano de obra disponible en tu mercado local. Si tienes un trabajo de conocimiento que no depende de tu ubicación geográfica, compites contra todo el mundo. Y es muy difícil que en todo el mundo no haya una persona que lo haga mejor y de forma más barata que tú.

Eres solo una pieza en el engranaje de la economía global. En el momento en que tus jefes dispongan de una tecnología o de una persona más rentable en el otro lado del mundo, tus servicios ya no serán necesarios.

3) La falta de voluntad política te dejará sin pensión pública

En países latinos, como España, normalmente la política poco tiene que ver con mejorar las vidas de los ciudadanos. Todos los partidos mayoritarios tienen fuertes incentivos para tejer redes clientelares y proponer políticas populistas que les permitan perpetuarse en el poder. Punto.

Si realmente les interesara mejorar tu calidad de vida, ya te habrían resuelto la papeleta de las pensiones. Como sí lo han hecho en Noruega. En España, el sistema de pensiones está irremediablemente quebrado, pero ningún gobierno quiere ser el que comunique la mala noticia y pierda votos.

Lo único que puedes hacer para protegerte de esta realidad, aparte de dejar de votar a populistas, es prepararte para cocinarte tu propia pensión a base de ahorro e inversión. Que no es otra cosa que independizarte de «Papá Estado».


Lo que no te cuentan sobre la libertad financiera

Bien, ya hemos repasado todos los conceptos más importantes sobre la libertad financiera. En la teoría, los mecanismos por los que funciona parecen muy simples. Pero eso no significa que sea fácil de conseguir. No es oro todo lo que reluce.

Existen varios inconvenientes que deberás tener en cuenta antes de aventurarte en tu misión. Como todo lo que resulta interesante en esta vida, la libertad financiera también tiene su perspectiva menos atractiva.

1. No tienes ninguna garantía de conseguir la libertad financiera

Temo decirte que, incluso aunque hagas todo bien, ahorres al máximo, inviertas regularmente y generes fuentes de ingresos adicionales, puede que nunca consigas la libertad financiera plena.

En primer lugar, porque no depende únicamente de ti. Puede que tu situación de partida sea nefasta. O que no apliques la regularidad y el sacrificio que la libertad financiera requiere. Pero es que además intervienen otros factores externos.

Por ejemplo, los mercados pueden ser muy caprichosos y devolverte una performance contraria a tus objetivos durante un periodo prolongado. O el Banco Central podría imprimir billetes a mansalva, disparando la inflación. O el gobierno populista de turno podría incrementar el gasto público y los impuestos, generando inseguridad jurídica y económica.

No tienes ningún control sobre los otros actores de la economía. Y, por lo tanto, no tienes ningún control sobre los resultados. Solo controlas el sistema que has diseñado para mejorar tu situación. Y puede que no siempre sea suficiente.

2. Buscar la libertad financiera puede ser un camino largo y frustrante

Salvo que llegues por la vía accidental, en la mayoría de los casos se trata de un proceso que puede durar muchos años. Como sabes, el tiempo es el recurso más valioso del planeta. Tu tiempo es tu bien más preciado.

¿Cuánto tiempo estás dispuesto a sacrificar por un objetivo totalmente incierto? Renunciando, quizá, a gastar más dinero disfrutando del camino, para incrementar una bola de nieve que puede que nunca llegue a bastar.

A la vez, tener que esperar demasiado tiempo para escapar de la vida que no te gusta puede resultar frustrante, favoreciendo la tasa de abandono del objetivo de libertad financiera. Después de todo, sufrir por un objetivo difícil no es placentero. Y si para ser financieramente independiente tienes que renunciar a cosas que te hacen feliz, entonces tampoco es que seas muy libre.

3. Puedes convertirte en un incomprendido

Cuando te embarques en un objetivo vital ambicioso, sea a nivel emprendedor, de salud, o incluso en la búsqueda de la libertad financiera, tu círculo de relaciones más próximas reaccionará. Muchos te apoyarán y puede que incluso sigan tus pasos. Otros simplemente no mostrarán mayor interés en principio.

Pero una gran cantidad de ellos, intentarán convencerte de que es un error, o de que no lo vas a conseguir. A veces no lo hacen con mala intención, puede que incluso quieran protegerte de lo que ellos ven como un fracaso seguro. Y otros se dejarán llevar abiertamente por la envidia.

La solución a esta incomprensión es olvidarte de ese ruido y centrarte en trabajar para conseguir tus objetivos. Al principio te dirán que es imposible. Luego dirán que estás teniendo mucha suerte. Por último te dirán que siempre confiaron en ti y que les enseñes cómo lo has conseguido.

Deja que hablen, tu éxito hará todo el ruido.

4. Puedes ser objetivo de estafas

Si consumes regularmente contenido tanto en forma de artículos como en formato podcast o video, seguramente te hayan colado publicidad de supuestos gurús que te prometen conocer el método definitivo para conseguir la libertad financiera.

Lo cierto es que tal método perfecto no existe, lo único que quieren estos supuestos gurús es conseguir la libertad financiera, a costa tuya. El método perfecto para ti es el que se adapta a tu perfil psicológico y a tus circunstancias particulares. Por lo tanto, huye de falsos gurús. Si ya hubiesen alcanzado la libertad financiera, no necesitarían vender cursos mediante anuncios de pago en YouTube.

Sí, esta lista que acabamos de ver son aspectos negativos que no merecen ser descartados a la ligera. Pero considero que se trata de problemas menores en comparación con una recompensa tan trascendental como puede ser conseguir la libertad financiera.


Niveles de libertad financiera

¿Todo el mundo puede conseguir la libertad financiera?

Lamentablemente, no todo el mundo puede conseguirla. Al menos, en su definición más estricta. Como vimos en un apartado anterior, muchos aspectos importantes para conseguir la libertad financiera ni siquiera dependen de ti.

Y algunas personas incluso parten de una situación tan atrasada que, incluso si hicieran todo bien a partir de ahora, no les daría tiempo material a conseguirla en un período de tiempo que les permita disfrutarlo con juventud y jovialidad.

Vale, quizá no todo el mundo pueda vivir del cuento forever. Pero, ¿y qué?. Pues, antes de que te deprimas, todavía existen más opciones de las que te podías imaginar.

¿Qué puedes hacer entonces?

Existe toda una gama de libertades entre la tranquilidad financiera y la libertad financiera estricta que quizá te gustaría explorar.

Suponte por un momento que no has llegado a nadar en Francos Suizos como habías imaginado. Es posible que hayas llegado a preocuparte por estos temas cuando ya tengas más de 40 años y, por lo tanto, el poder del interés compuesto ya no juegue tan a tu favor.

Vale, pero si te has molestado en intentarlo, probablemente hayas acumulado un patrimonio importante, por encima de la mayoría de personas que no se preocupan de su salud financiera. ¿Qué podrías hacer con ese patrimonio, si no te puedes jubilar aún?.

Pues varias cosas.

1) Complementar la pensión pública

Suponiendo que puedas tener derecho a una pensión pública, como mínimo, conseguirías unos ingresos extra que mejorarían tu calidad de vida en tus años dorados. Te aseguro que no resulta nada molesto poder ingresar unas rentas adicionales de, por ejemplo, €1.000 más en un momento en que las pensiones futuras son una incógnita.

2) Reducir jornada o mejorar condiciones laborales

Podrías, por ejemplo, acogerte a una reducción de jornada. O cambiar de trabajo a uno donde, puede que paguen menos, pero te conviene por flexibilidad o cercanía. Tener más horas al día para ti puede suponer cuidar más de tu salud y disfrutar más de los tuyos. Podría significar que ya puedes llevar a tus hijos al colegio, o traerlos, o ambos. O dedicar más tiempo a aquello que te apasiona.

3) Tomarte un tiempo

También podrías tomarte un año sabático. Aprovechar ese receso para viajar por el mundo, o profundizar en tus hobbies. O, por qué no, llevar a cabo ese emprendimiento que llevas tiempo queriendo intentar.

4) Lanzarte a emprender

El hecho de tener un ahorro importante podría darte el empujón que necesitas para escaparte del mercado laboral y montártelo por tu cuenta.

A fin de cuentas, al tener un colchón mínimo de seguridad suelen desaparecer algunas de las inseguridades más importantes que frenan al potencial emprendedor.

En definitiva, es posible que no puedas jubilarte joven. Pero preocuparte por tu tranquilidad financiera te abre todo un abanico de posibilidades que de otra manera no podrías siquiera considerar en primer lugar.


Resumen

La libertad financiera es un concepto muy poderoso. Incrementar tus niveles de seguridad financiera podría permitirte vivir con mayor plenitud y libertad de elección, cubrir tus gastos sin preocuparte de trabajar para otros y asegurarte una jubilación digna sin depender de la arbitrariedad del estado.

Depender de trabajar para otros dejaría de ser una preocupación, y podrías así centrarte en lo más importante. Disfrutar de tu tiempo, cómo, dónde y con quién quieras. Porque vida solo hay una. Sería un desperdicio derrocharla trabajando para otros durante 40 años y quedarte con las sobras de todo tu esfuerzo.

Deja de trabajar y empieza a vivir.

* Fotografía de portada: Alpe di Siusi, en las dolomitas italianas, al amanecer. La idea era despertarnos tempranísimo para ver las montañas rodeadas de bruma. El clima, no obstante, tendría una sorpresa para nosotros, y nos regaló en su lugar esta bonita postal.


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